22 jun 2008

Ahí dentro...

¿Volver? ¡No pienso hacerlo! ¡No quiero!, la oscuridad lo envuelve todo ahí dentro, enmaraña la claridad con la sombra, la certeza con la duda, la confianza con el temor de perderme de nuevo y no encontrar el camino de vuelta que se difumina al entrar, porque la salida nunca se cruza por la misma puerta de entrada, porque cada vez que me sumerjo dentro de ese espeso mar, me es más difícil salir a respirar aire puro, a pisar suelo firme. En ese lugar las arenas son movedizas, nada es seguro, hay fantasmas y cachorros inofensivos con cabezas de serpiente iracunda, todo es confuso, nada no es, tétrico bosque donde los árboles susurran nombres conocidos y conjuros perversos que son transportados por el viento en un vaivén interminable.

No quiero volver a ese callejón abandonado, a ese lugar sin esperanza, donde las paredes son altas e inescalables y parecen aprisionarme cerrándose sobre mi aliento. Me turba ese sitio, me da vértigo porque la realidad se distorsiona y se muestra como nunca antes fue vista, las figuras pasivas se vuelven agresivas de un instante a otro, alteradas por el mismo miedo nacido de la incertidumbre voraz y todo gira en un torbellino, nada está quieto, las caras se vuelven hostiles y las voces alaridos violentos. El corazón es víctima de una tensión difícilmente soportable sin una quietud y tranquilidad de espíritu, porque entre más desesperación y ansia de escapar se muestren, más compleja es la trampa y más celosa la tela de araña. La boca del lobo se abre pero sus fauces se cierran si sienten la pretensión del escape, entonces el clima se vuelve tan helado que penetra en los huesos, petrifica los músculos, los espacios se agrandan y todo se vuelve imposible y lejano.

Aquí afuera, aún en los días adversos, uno se puede enfrentar al enemigo, crear tácticas, armas y escudos protectores, las cosas son tangibles y lógicas, existe el ataque y la defensa, ahí adentro en cambio, no es posible estar más que desnudo en la abstracción, indefenso, completamente desarmado pues el enemigo más temible es uno mismo, conocedor de cada fisura interna, de cada movimiento, de cada punto medular, atacante despiadado...

Es verdad, ahí dentro no hay sangre, pero en un descuido, brota el dolor de la peor tortura; el sentimiento implacable de abandono y desconsuelo, la triste visión de una interminable amargura que transforma la gota de lágrima en un océano y el océano en un infierno. La única forma de salir, es alzar de nuevo el vuelo, pero las alas se tienen que encontrar ahí mismo.

Los locos no buscan la salida, se han adentrado tanto que olvidaron que existe un mundo que espera su retorno y viven deambulando de un lado a otro, pero yo no quiero ser un loco y por eso temo volver.

Los suicidas no pudieron lograrlo; claudicaron en el viaje, el techo caído y las paredes sofocantes acabaron forzándolos a jalar el gatillo, a saltar al vacío, a tomarse las pastillas, a cortarse las venas, a escoger una puerta sin camino, pero yo amo la vida y por eso temo volver

Ahí dentro he aprendido lo que sé, me he vuelto lo que soy, se han esculpido heridas invisibles que ahí mismo han cicatrizado. Ahí dentro debo decirlo, es donde los poetas encuentran sus palabras, donde los pintores descubren sus trazos, donde los escultores hallan sus formas exactas, de donde los actores recogen sus lágrimas, ahí dentro en esa materia gris se encuentran los ingredientes precisos para construir cosas hermosas aquí afuera, pero no cualquiera puede entrar, no cualquiera se atreve y yo no quiero regresar, me aterra regresar…

…pero necesito hacerlo.

12 jun 2008

Amante de las Almas Solitarias - Llovizna

Tu aroma es el único de entre todos los aromas de la tierra que posee en sus partículas la facultad de filtrarse por mi nariz y llegar a un espíritu que parece solo vivir de ti. Tu olor y frescura me transportan a un mundo surreal, entre lo abstracto y lo tangible, entre lo definido y lo eterno, sus manecillas giran sin control y me arrastran con ellas entre los minutos y las horas, entre los días y años a un espiral sin fin donde las imágenes aparecen tras las detalladas líneas verticales que dibujas en caída libre, los sonidos se confunden con tu voz creando ondas que resuenan en mi cuerpo y se estremece mi piel porque todos los instantes de mi vida se vuelven uno solo en ti, todas las historias viajan al presente en que te vivo, agua que cae, agua que me eleva a un estado sin materia, donde los colores son mas bellos a pesar de su opacidad, donde la soledad no es efecto del angustioso desdén ni del triste pesar, sino causa de la valiente invitación a un reencuentro interno, a un despertar conciente mucho mas intenso que el frugal despertar matinal. Es el abrir los ojos al sueño elocuente, a la realidad inconsciente, al abrazo perfecto del amor...

3 jun 2008

Consideraciones


- ¿Que sientes? - Le pregunta el cerebro al corazón, pero éste no contesta, simplemente sigue latiendo a su ritmo habitual ignorando la pregunta.

- Creo que tienes un hueco dentro y yo una bella ilusión, pero no pareces emocionado, no lates más rápido esta vez, ¿Por qué? ¿Tienes miedo de estrellarte de nuevo contra un muro? Es cierto que has sido maltratado tantas veces, atropellado y estrujado, demasiados cambios de ritmo intempestivos, pero que te puedo decir; eres berrinchudo como un niño pequeñito que no piensa las cosas y solo se alborota al saberlas cerca. En cambio y al contrario, cada que tu sufres yo crezco y aprendo cosas nuevas, diviso diferentes perspectivas tan interesantes, comprendo mejor la vida, pero entonces volteo y te veo cansado y herido, como si cruel me alimentara de tu dolor. Sé que eres especialista en regenerarte, tienes una capacidad impresionante para levantarte después de cada caída, pero ignoro cuanto más puedas soportarlo, no conozco tus límites y por eso te pregunto esta vez ¿que es lo que sientes? pero no respondes y entiendo que tu función no es conversar conmigo, sino simplemente seguir latiendo incansable para que yo pueda continuar, para que por medio de ti; ría, llore, sueñe, aprenda, me ilusione y ame, así que mientras sigas ahí, no te defraudaré, será un placer y un honor corresponderte. –

Y entonces, extrañamente, como si el corazón hubiera estado escuchando atento, se llena de valor y comienza a latir intensamente, como salvaje corcel desbocado que relincha frente a un hermoso pastizal de verdes increíbles que le muestran una hermosa y nueva libertad.