26 sep 2006

El Alfiler

La burbuja de todos. La burbuja de nadie. La nuestra. La de cada uno de nosotros. La tuya para tus reflexiones. La mía para este escrito seco y privado de sustancia dramatica como esa que imprimes. Ésta burbuja que he dejado de limpiar de modo tan cuidadoso con un trapo para que reluciente quede y en su vez he intentado a toda costa fabricar un alfiler lo suficientemente agudo que me permita reventarla, para así, caer mediante esa fuerza de atracción terrible. El mundo, es cierto; intenta romperla a toda costa, y entre mas se aferran a destruirla, de forma inevitable se va volviendo mas dura e impenetrable, acorazandose, protegiendo al inofensivo ser que habita dentro. Gracias a eso, el protegido no sufre, no siente heridas, pero tampoco siente el viento, ni siente lo hermoso que hay afuera. Temeroso en su caparazón, en su pequeña burbuja, egoista, donde permite la entrada de nadie. Y si ve que alguien se acerca a pretender quererlo, le muestra sus uñas y sus afilados dientes como al peor de los enemigos, cerrando inclusive la pequeña ventanilla abarrotada. Maldito miedo al dolor. Maldito miedo a las caidas. No nacimos en esa burbuja. Cada vez nos hacemos mas ajenos a este mundo, ahi encerrados. Quiero romper mi burbuja con el alfiler, para estrellarme, hacerme mierda con el suelo y sentir el dolor en carne viva, sentir la sangre humedecer mis labios y mis dientes rotos. Sentir como se estremecen mis sentidos. Una vez que sea libre de esa engañosa coraza, quiero acercarme a otras ventanillas e invitar al cobarde ser a salir, y a comenzar a vivir.