Hablo de ti en primera persona,
porque no encuentro diferencias
que distingan tu vida de mis sueños,
porque me gusta imaginar
que cuando leas me verás,
y recordarás mi voz,
porque al hablar de mi te veo
y entonces escribo,
apasionadamente sobre mi…
Como imprevista generación espontánea
de pronto presté atención a tu mirada
y tus ojos se llenaron de misterio,
de pronto me robaste las palabras
y comencé a balbucear poemas descompuestos
fragmentados en monosílabas desacomodadas,
en grotescas rimas construidas,
según aquellos que no pueden entender
que de pronto…
el lenguaje suele desaparecer.
Al final de cuentas,
mas allá de la apariencia,
y más acá de la armadura,
dentro de cada cuerpo
palpita un corazón que anhela;
cruzar el puente de la soledad
y el miedo.
Los nombres cambian…
¿Qué es lo que se quiere
con tantos labios?
Las caras se permutan…
¿Qué es lo que se busca
con tantas ilusiones?
La vida pasa...
¿Qué es lo que se ama
con tantas almas?
Coincidencias en caminos que se cruzan,
uno pone el pié y el otro el paso,
la física y sus leyes de atracción,
con cuerpo y cara que armonizan
las reacciones impulsadas por la química
que nunca nos enseñaron en la escuela.
¿Qué sustancia nos hizo extraordinarios?
¿Que luz nos dejó ciegos para ver?
y la comprensión absoluta del mínimo gesto
que no logra entender el erudito del idioma...
¿Quién la explica? ¿Quién la garantiza?
¿Quién la perpetúa?